Los gases refrigerantes nacieron para la conservación de los alimentos. Los primeros que se utilizan son: dióxido de carbono co2, dióxido de azufre (SO2), cloroetano (C2H5Cl) , clorometano (CH3Cl), amoníaco (NH3), así como ciertos hidrocarburos.
Luego existen muchos otros refrigerantes clasificados según sus propiedades:
CFC: Los clorofluorocarbonos son gases fluorados halogenados compuestos por átomos de carbono (CO), cloro (Cl) y fluoruro (F).
HCFC: Los hidroclorofluorocarbonos son gases CFC hidrogenados que actúan como gases de efecto invernadero al reducir la capa de ozono. Por eso está prohibido producirlo y utilizarlo.
HFC: Los hidrofluorocarbonos o hidrofluorocarbonos son refrigerantes de tercera generación que sustituyen a los freones prohibidos en el mercado. Más eficientes, son menos dañinos y tienen un mayor impacto en el medio ambiente.
HFO: Las hidrofluoroolefinas corresponden a la cuarta generación de gases. Son muy poco contaminantes y, por tanto, muy adecuados para aire acondicionado y refrigeración comercial.
Entre los gases naturales que tienen características de refrigerantes, el más extendido es el amoniaco. Es el gas refrigerante de referencia en sistemas de refrigeración industrial, en grandes sistemas de bombeo, industria alimentaria y enfriadoras industriales de alta potencia.